Aun recuerdo el primer día, después del almuerzo tenía ganas de comer algo dulce, después de la comida sentía tantas tantas ganas de comer azúcar o algún pan, lo que fuera con carboidratos. Estuve irritable y la verdad es que nunca me había sentido tan mal. No era hambre, no tenía hambre. Tenía ganas, ancias, una necesidad imperiosa de comer carboidratos.
Para el segundo día ya no sentí ese nivel de ansiedad, para el día tres nada de ansiedad y en todo el día ya no tube sueño en ningún momento del día.
Ahora es el final del día 4 y me siento muy bien, extraño la azúcar y pan. Pero ya no siento que la necesito. Tengo muchísima energía aún y cuando estoy comiendo una cantidad baja de calorías (comparado con mi dieta anterior).
En fin, me siento muy bien y a peso 69.9 kilos. Había sido una gran lucha bajar de 70 y ahora en 3 días lo logré.