Otro año en Rinconada, Nuevo León. Cinthya, Sra Silvia, Champs y yo llegamos 6:30 al estacionamiento. Sacamos nuestras cosas para la carrera, tomamos algunas fotos y nos fuimos rumbo a la salida. Comenzó la carrera y arrancamos Cinthya y yo juntos a un ritmo de 7:30min/km así fuimos platicando y recordando como el año pasado habíamos sufrido tanto el inicio de la carrera, este año los dos íbamos muy bien. Nos fuimos con Martín un tramo, con Ily otro tramito, vimos a Oscar y otros compañeros del equipo Kamargs. Llegamos al primer abasto sin contratiempos, tomamos agua y algo de fruta para continuar rumbo al abasto dos buscando un ritmo de 7:00min/km. Aún podíamos platicar y reír sin problemas. Llegando al segundo abasto este año no nos alcanzaron los corredores del 21k 😁. De aquí avanzamos un poco y Cinthya me dijo que ella iría más despacio, nos dimos un beso y nos deseamos suerte. Yo corrí rumbo al primer ascenso escarpado y en single-track así que no se podía rebasar. Aguante el pasito hasta que llegamos al plano y se abrió espacio para rebasar y salí disparado hasta el siguiente ascenso en single-track. Otra vez aguante y al abrirse el camino aproveche la bajada que ya me sabía de memoria para tomar vuelo y subir rápido el siguiente ascenso fuerte. De ahí en adelante trate de guardarme un poco para el último ascenso rumbo al camino empedrado. Me encontré mucha gente y no sé podía rebasar pero lo tomé con calma. Llegando al abasto tres me encontré con Paty una muy buena amiga que no me reconocía Jajaja (con eso de mi cambio de look a cabello corto y los kilos de Cachetes que me faltan). Tome agua de la camel para bajarle al peso antes de subir a las antenas. Subí a buen ritmo aunque no al más rápido que podía, me quería guardar para la segunda parte de la carrera. En años anteriores sufrí dolor en las rodillas al comenzar la ruta del loop del paso del caballero. Llegando a la cima de las antenas estaban ahí Oscar y Martín tirando barra y cotorreando, me les uní. Unos minutos más tarde comenzamos a bajar y unos 100m después encontramos a Cinthya que ya venía llegando a las antenas y nos dimos ánimos rapidito para continuar el camino. Me fui pegado a Oscar en la bajada rumbo a la estación. Bajamos tranquilo a buen pasito… ya casi llegando a las torres sentí ese cosquilleo en la rodilla izquierda que me es muy familiar, el que antecede al dolor que me frena en seco. Continue atrás de Oscar por los zigzag de la bajada de las torres a la estación donde estaba el abasto 5. Llegando al abasto 5 encontramos a Jorge y a Javier. Comenzamos a platicar, comer y rellenar nuestra agua para el trayecto que seguía donde no habría agua y el sol estaba fuerte, muy diferente a los otros años. Mientras yo estiraba y daba masaje a mis rodillas tratando de convencerlas de que no me dolieran este año, cuando menos no tanto… En eso llego Cinthya entre risas y sonrisas. Nos abrazamos, yo estaba muy contento de verla porque tal vez podríamos correr juntos y decidí esperarla. Mientras ella se preparaba yo seguí estirando y en eso llegó Sheryl nos saludó y nos dió ánimos. Yo seguía con miedo porque a 20 metros estaba la prueba perfecta para saber si podría correr o no el resto de la carrera. Cinthya me dijo que estaba lista y comenzamos a correr rumbo a la bajada más fea del mundo mundial… Posamos para las fotos y donde comenzamos la bajada técnica me llegaron las punzadas de dolor y le confesé a Cinthya que ya no podía correr. Sentí impotencia, tristeza, desesperación y mucha desilusión que se tradujo en una cuantas lágrimas amargas que Cinthya trató de aliviar. Continuamos caminando despacio, cruzamos los puentes y llegamos a la grava donde pude trotar un poco, y Cinthya me dijo que ella iría más despacio, yo estaba aún evaluando si podría correr en lo plano y al llegar al guardaganado supe que no, tampoco en plano. Ahí espere a Cinthya para decirle que tomáramos agua porque hacía mucho calor. Nos quedamos un minuto a la sombra, tomamos agua y seguimos. Cinthya pensó que yo seguiría corriendo pero no pude, caminamos hasta Puerto gallina 🐔 tomamos un vaso de agua cada quien. ya tenían muchos garrafones vacíos, parecía que la gente no había cargado suficiente agua a pesar de que se les había dicho en el abasto 5, todo mundo pedía más agua. Nosotros seguimos adelante y al ser descenso pude «correr» con una pata de palo… Mi pierna derecha iba haciendo todo el trabajo me dolían algunos movimientos y jadeaba un poco conteniendo lágrimas. Llegamos hasta la subida al paso del caballero trotando y subimos lo más rápido que pudimos caminando. Ahí unos niños nos pusieron la pulsera blanca que demostraba que llegamos hasta allá antes del tiempo de corte. Seguimos y la subida que siguió acabó con mis ganas de terminar la carrera… Iba imaginando como sería decir «voy a abandonar» no me podía imaginar como sonarian esas palabras. Seguimos hasta la casa que está entre dos cañadas y encontramos algo de sombra donde le dije a Cinthya que tal vez sería bueno enfriarnos un poco e hidratarnos bien porque de ahí en adelante solo había 4 kilómetros de desierto. Yo me tomé toda mi agua y me tocó ir por delante, solo aguante un kilómetro, después seguí a Cinthya hasta llegar de nuevo al puerto. Ahora si ya no tenían agua más que para emergencias. Cinthya todavía tenía agua y su botellita de powerade. Comenzamos a bajar, yo muy despacio y Cinthya más rápido y entonces me dijo que seguiría ella a su paso, me dio mucho gusto y le dije que se fuera, nos despedimos (no la volví a ver hasta llegar a la meta) hice el plan de llegar hasta el árbol del arroyo y descansar 5 minutos y así lo ejecuté. Descanse y me olvide de abandonar, me puse la venda de nuevo, esta vez con un rollito que hiciera presión donde me dolía, me hizo sentir que estaba haciendo algo por mi y me levanto el ánimo, comencé a correr arroyo abajo y no me detuve hasta que encontré a Ily casi al llegar a los puentes, llegamos juntos a la pendiente debajo del abasto 5 y yo estaba que me cargaba la ch…. El payaso. Comencé el doloroso asenso de tan solo 30 metros paso a paso sin detenerme, sollozando un poco, al final estaban Pepe Vázquez y su hija echando porras, te hacen olvidar todo y hasta les sonríes en agradecimiento. Llegué al punto de control y me dieron mi última pulcera. Solo tomé agua y me comí el gel que llevaba. Les di las gracias a los voluntarios y salí corriendo por el llano de la estación de bombeo que es bastante plano, seguí corriendo hasta llegar al primer cruce de carretera, ahí el camino requería más agilidad y ya solo me dedique a caminar. Más adelante me di cuenta que podía caminar más rápido si marchaba. Y marche los 3 kilómetros que restaban hasta la carretera de Rinconada. Al llegar a la carretera quise sacarme las piedras de los tenis pero no traía nada solo eran los hilos de los calcetines que me rasparon. Me puse de pie y corrí un poco, me rendí y camine. Luego corrí otra vez y esta vez aguante porque la gente comenzó a echarme porras, Cinthya salió de no se donde y me iba alentando a seguir y diciendome que iba muy bien. Me concentre en su voz y ya no sentí el dolor. Luego champs salió por el otro lado y también me dio palabras de aliento y ambos me encaminaron a la meta, no podía contener las lágrimas, todo me dolía, no gane nada, no mejore mi tiempo, de las tres veces que he corrido esta carrera hice mi peor tiempo, es la que más me ha costado trabajo, es la que más me ha dolido, es la que más me hizo llorar y es la que me puso más cerca de abandonar una carrera. Nunca la olvidaré… Ha sido la mejor. Gracias a doña Silvia, Cinthya, champs, al equipo Kamargs, a pepe y su familia, a los voluntarios y a los Hunzas que organizan este monstruo de carrera que ellos dedicaron a Ana Vanessa que en paz descanse.
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